Paso adelante de gran trascendencia para el Sevilla. El cuadro nervionense sí se pareció esta vez muchísimo más al patrón que siempre ha caracterizado a las escuadras de Joaquín Caparrós y minimizó hasta someterlo a un Alavés que era un rival directo antes de arrancar y que evidenció que, a día de hoy, se halla en las antípodas en lo referente al momento de forma y también al potencial de sus futbolistas. Al final fueron los goles de Roque Mesa y Sarabia los que decidieron, pero la realidad es que las distancias sobre el césped fueron mucho mayores hasta parecer siderales en la mayoría del litigio.
