La relación entre el actual entrenador del Sevilla y su afición no es mala, pero sí que hasta ahora no ha aparecido la chispa de esa conexión, ese feeling, que se antoja necesaria para que el proyecto tome altura. Monchi adivinaba que con la ilusión de los fichajes y con los resultados de pretemporada esa primera impresión iría desapareciendo, aunque quizá no contaba con el caso Dabbur. Dicen quienes estaban a su alrededor que el enfado de Lopetegui al final del partido ante el APOEL por la reacción de la grada ovacionando con cierta sorna al israelí fue grande, aunque también es verdad que el técnico está muy por la labor de integrarse cada vez más. Será, sin duda, fundamental para que el Sevilla alcance sus objetivos más ambiciosos. Mientras, el propio Lopetegui trata de estrechar lazos con la afición con declaraciones como las que protagonizó en Onda Cero ayer de madrugada. “Me he hecho muy sevillista, a muerte.