«La base del éxito es la humildad y el respeto a los rivales». La frase salió de Unai Emery, pero lo mismo podría haberla dicho José Castro, Monchi o Fernando Navarro. Desde el entrenador al presidente, pasando por el director deportivo y el capitán, se puede concluir que es un lema tan grabado a fuego en Nervión que incluso podría ser la consigna del Sevilla, del club. Y llevarla a cabo implica también jugar cada partido como si fuera único. Hoy toca el Almería y Emery no quiere ningún despiste con la final de Varsovia. Que festeje la grada, pero sus jugadores aún tienen un camino que recorrer.