Bryan Gil (Barbate, 2001), en carrera, parece un Beatle que corre delante de un tigre; luego, con frenazo en seco, el defensa rival comienza un duro debate contra sí mismo, porque ese ‘piernaslargas’ te puede esconder la pelota para hacerla aparecer por el sitio más inverosímil. Así es Bryan, un chaval que ya es campeón de Europa, sevillista casi de cuna, un gaditano de mar que tiene entre ceja y ceja llegar muy lejos en el fútbol. Su vida, la de Bryan, no tiene otro objetivo. Casi da vértigo. Dicen que es el mejor elemento desde que salió el malogrado Reyes, y por ahí se incluye a campeones del mundo como Jesús Navas o Sergio Ramos.