Ya hay un camino. El de 2013. El del verano que abrió un Sevilla que venía de ser noveno en LaLiga y de clasificarse de rebote para competición europea tras quedar noveno en una decepcionante temporada 2012-13. Ayer, precisamente, se cumplieron cuatro años de una final que elevó al Sevilla a lo más alto en la final de Turín ante el Benfica en una temporada que empezó…. el 1 de agosto. Finalmente, hasta llegar a la final, el Sevilla tuvo que jugar hasta 19 partidos, una vuelta de LaLiga, un espejo en el que se quiere mirar el club estos días tras acabar séptimo en la competición de la regularidad.