El VAR terminará mas pronto que tarde incluido dentro del potosí que supone todo lo que rodea a la Champions League. Y no lo digo porque impere el sentido de la justicia, la pureza del fútbol ni nada de eso. A estos niveles, eso es lo de menos. Me refiero al espectacular potencial económico que ello supone que está por descubrir. El VAR es un pozo de petróleo descubierto por casualidad susceptible de ser explotado. En cuanto una de las empresas de las que patrocina UEFA ponga un puñado de millones para que su marca inunde nuestras pantallas en ese minuto de oro, se implantará por mucho que lo vendan como la búsqueda de la justicia en el fútbol y demás películas.