El palo que supuso regresar de Valladolid con sólo un punto no debe ocultar que el Sevilla dio la mayor muestra de equipo solvente fuera de casa desde hace bastante. Y el culpable de este no es otro que el sistema usado por Unai Emery, un 3-4-3 que sorprendió a todo el mundo y al que el equipo se adaptó a las mil maravillas. Sin embargo, en Liberec se le presenta al técnico donostiarra el dilema de consolidar ese sistema o volver al 4-2-3-1 habitual, el cual permitiría la entrada de un mayor número de rotaciones.