Una gran familia

La manera, esa forma de crecerse y no dar por terminado el partido cuando el Liverpool se puso 0-3 en el marcador es el camino y la guía de un Sevilla que debe entender, desde su entrenador, Berizzo, a sus jugadores, que todo lo que sea parecerse a la segunda parte del glorioso 21 de noviembre le garantiza buenos resultados. La presión arriba, ahogando al rival y con la solidaridad en esfuerzos entre toda la familia que compone el Sevilla, le permitió el martes regalar a sus aficionados una de las gestas más maravillosas de los últimos años. Medio mundo miraba la debacle sevillista y medio mundo vio después la hombría para ganarse el respeto por creer hasta el final. El Sevilla que nunca se rinde volvió a emerger y demostró que en los momentos complicados y cuando pocos son capaces de apostar por él, aparece. Pero el sevillismo quiere más.

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