En realidad, la intención del futbolista era decantarse por el equipo hispalense. Entre otras cosas porque las condiciones eran mejores. Además del proyecto deportivo, la oferta sevillistas mejoraba bastante los 600.000 euros anuales que cobrará en el equipo alicantino, apunta Las Provincias.
Y eso iba a hacer el jugador, que había a un compromiso verbal con el equipo recién ascendido pero que no había firmado contrato alguno… con su firma. El caso es que Carlos Sánchez no había firmado ningún precontrato, pero sí su representante, Diego Merino, que ostentaba poderes del jugador colombiano.