El fútbol ha dado infinitos ejemplos de lo peligroso que es tratar de aguantar el marcador y cambiar tu habitual estrategia por una ultraconservadora que focalice los esfuerzos sólo en que no te marquen. Casi siempre, jugar contraestilo y decidido a darle el protagonismo al rival suele salir mal. Y ello lo sabe bien Sampaoli, que ayer ya comenzó a hacerle ver a sus jugadores en el primer entrenamiento para preparar el duelo de mañana ante el Leicester que poco o nada había que cambiar.
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