Los pequeños accionistas, invitados de piedra habituales a estas reuniones, pese a contar con minutos para dar sus impresiones de cada punto del día, han logrado, superando el 5% del capital social, añadir un punto del día a la jornada, que no es otro que el blindaje de los activos inmobiliarios del Sevilla. En resumidas cuentas, que si llega un capital extranjero al club, éste no pueda especular ni comerciar con el estadio Sánchez-Pizjuán, ni con la Ciudad Deportiva, ambas propiedad de la entidad andaluza. Tocará votar y destapar la máscara de cada accionista mayoritario.