El Leicester, entre los que lleva y los que le quedan, tendrá diez días para ejercitarse, mientras que el Sevilla, una vez acabe el duelo ante los de Asier Garitano, sólo podrá preparar el importante partido durante tres días (y con viaje a Inglaterra incluido). Todos estos condicionantes están provocando que no sólo la forma en la que se está preparando el duelo sea distinto, sino también desde el aspecto organizativo y emocional en un lado y en otro. En Sevilla no se quiere oír hablar del Leicester y, sin embargo, en la localidad del centro de Inglaterra no se habla de otra cosa que no sea el equipo de Sampaoli.
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