Tan solo un punto separa al Barcelona, líder, del Sevilla de Machín, segundo clasificado. Y sólo tres por debajo anda el Real Madrid, sexto, todo un reflejo de una liga abierta, imprevisible, de hecho la más equilibrada del siglo XXI. No había una diferencia tan corta desde el curso 1998-99, cuando el Mallorca, tras caer en San Mamés en la duodécima jornada, mandaba en la tabla con 22 puntos, tan solo tres más que el Barcelona, que había perdido aquella fecha con el Atlético de Madrid (0-1), marchaba sexto con 19 empatado con el séptimo y el octavo, el Valencia y el Zaragoza.