Desde el cuerpo técnico se le trata de hacer ver a Jesús que debe dosificar, saber cuándo una carrera es necesaria y pedir reposo cuando las señales de su cuerpo sean inequívocas. Regresó a mediados de febrero y en la eliminatoria ante la Lazio se le vio con el freno echado. Eso le duró poco porque el Sevilla y su entrenador se jugaban la vida en Europa y también en LaLiga. Desde ese 10 de febrero, en 44 días, el sevillista ha disputado 12 partidos, la mayoría como titular e incluso disputando una prórroga en Praga.