Groucho Marx, si viviera y le gustara el fútbol, podría decir que Sampaoli tiene unos principios y si no le valen, tiene también otros. Y eso, precisamente, le hace más grande. El técnico argentino presume de querer ganar dominando a su rival y de no renunciar a este principio ni ante enemigos más poderosos, pero de lo que no presume y sí practica es precisamente de lo contrario, de adaptarse a cada situación y hacer lo que sea necesario para lograr lo que todo técnico busca por encima de todo: vencer.
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