La estancia de Jorge Sampaoli en Sevilla, y en el Sevilla, no ha llegado ni siquiera a un año de duración, apenas diez meses y pico en los que el argentino ha dejado tanto respeto por los resultados obtenidos como indiferencia por su falta de apego o por su particular trato personal. Ni siquiera el respeto se lo ganó por su trabajo, fue más bien por los resultados, puesto que en determinados aspectos se plantearon dudas sobre que su dedicación fuese en cuerpo y alma. En el sentido de horas de trabajo, una simple comparación con su antecesor, Unai Emery, lo dejaba mal parado en cualquier debate.
Ver Noticia[ad id=»88331″]