Hace seis años, cuando Luis Muriel acababa de llegar de su fallida experiencia en Granada, un entrenador italiano, llamado Serse Cosmi, se sentó con el delantero colombiano en un hotel de Lecce y le preguntó qué quería hacer con su vida. El Udinese decidió ceder al futbolista al conjunto del sureste de Italia y el preparador de Perusa fue al grano. «¿Quieres triunfar? Si quieres, puedes. Yo te voy a ayudar», fueron las frases que le dijo.