El «sampaolismo» se enfrenta hoy a una de sus contadas incertidumbres: la necesidad de aparcar por un día el perfume de su seductora propuesta para bajar al barro y colocarse el mono de trabajo en pos de doblegar en su feudo a un adversario de las profundidades de la tabla. En teoría, nada que no pueda solucionar el ‘amateurismo’, la particular y exitosa hoja de ruta que el entrenador argentino ha implementado en sus hombres y que habla precisamente de alcanzar las más ambiciosas metas desde abajo, desde la propia esencia emocional del fútbol. Toca batirse el cobre con el Osasuna, colista de LaLiga y que aún no sabe lo que es ganar en El Sadar en todo lo que llevamos de campeonato.