El plan fue casi perfecto (1-1)

El Sevilla rozó el triunfo en un feudo históricamente esquivo como el de Mestalla, donde no gana desde hace casi siete años. Esta vez, el equipo de Pablo Machín lo tuvo muy cerca. Encaró el choque con una personalidad y madurez tremendas, sabiendo esperar su momento, sin perder nunca el orden hasta encontrar el gol de Sarabia en la segunda parte. El cuadro de Nervión estrelló, además, dos balones en los postes de Neto… y cuando parecía que los tres puntos viajan merecidamente a la capital hispalense, Diakhaby empató de cabeza en el descuento, en la última jugada del partido, rematando de cabeza un saque de falta lateral del cuadro che. El guión ideado por Machín fue casi perfecto. Salvo la última e inesperada escena, curiosamente cuando todo el graderío de Mestalla le brindaba una pañolada a su palco. Porque el Sevilla se los había “comido”.

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