Pizarro, sin embargo, se ha ido de vacaciones con la idea de regresar a Tigres, el club del que llegó al Sevilla el año pasado, por la nada despreciable cantidad de 8.7 millones de euros. La misión de Pizarro será convencer al club méxicano, uno de los más ricos del país y de toda sudamérica, que haga una oferta al Sevilla que se acerque bastante a esa cantidad.