El Sevilla se ha convertido en una máquina, una máquina fabricada por Pablo Machín. El conjunto nervionense ha logrado ante el Celta una nueva victoria, la cuarta consecutiva, ahí es nada, y se ha aupado, por méritos propios, a lo alto de LaLiga, a lo más alto. El Sevilla es, a día de hoy, una máquina en el campeonato liguero. Una fabricación compuesta con piezas perfectamente alineadas en las que además todas parecen engrasadas. Machín ha logrado que todo el equipo se mueva como uno, ha conseguido que todo el equipo logre sacrificarse con distinción. Ha logrado que Banega sea un jugador todopoderoso, que distribuye, pero que roba, y roba, y vuelve a robar.