Otra vez buenos números y un dominio infructuoso

Los números estadísticos en el fútbol son muy relativos. Un deporte en el que el gol tiene tanta importancia y en el que no hay continuidad en el tanteo, como sucede en el tenis o el baloncesto, no puede medirse de forma absoluta por los fríos guarismos de la estadística. El mejor ejemplo de esto es que al Granada le bastaron 11 remates, 6 de ellos a portería, para realizar dos goles y el Sevilla se hartó de llegar y de centrar balones al área para terminar marcando al final de penalti… y gracias. Sin embargo, sí sirve esa estadística para acercarse a los males que puede padecer un equipo. Y en el caso del Sevilla, como ha pasado más de una vez este curso, hay una asignatura grave: la pegada ante el gol.

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