«Llegaron los pañuelos con el gol de Reyes, que se cruzó medio campo y desbordó a cuantos rivales había hasta el marco rival, donde resolvió a lo grande frente al portero». Así relataba ABC el gol que un juvenil canterano, con desparpajo, velocidad y mucho desborde, había logrado en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante el Valladolid. Aquel 25 de noviembre de 2001, José Antonio Reyes le dijo al fútbol mundial donde había un futbolista de los únicos. El tanto que arrancara una gran pañolada en las gradas del coliseo de Nervión dio la vuelta al mundo, y sería una de las causas por las que el Arsenal, dos años después, acometiera una fuerte inversión de 20 millones de libras para que el utrerano vistiera la camiseta de los gunners.
