Nervión tiene la palabra

El banquillo del Sevilla pende de dos partidos, o de uno. Los encuentros ante el Slavia de Praga y la Real Sociedad son decisivos para el futuro de Pablo Machín. La racha de seis puntos de los últimos 30 sería insostenible si no fuera porque la Liga está tan igualada que los teóricos rivales directos le han dado un margen de gracia a Machín. Distinto sería si quien lo hubiese sacado de los puestos de Champions fuera uno de esos rivales teóricos. Y más distinto sería si el soriano no se hubiese ganado en el Sevilla el favor de prensa y público con un primer tramo en el que gustaron tanto su puesta en escena como su discurso. Ahora, con las derrotas, está fallando en estos dos factores.

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