Se trata, pues, de un fichaje al estilo Banega, esto es, un jugador venido a menos por diferentes circunstancias pero que a poco que en el Sevilla vuelva a brillar puede dar muchas alegrías a la parroquia sevillista. Sin duda, Nasri es un futbolista de indudable talento, de categoría mundial tras jugar más de 300 partidos en dos clubes top de la Premier League: Arsenal y Manchester City. Pero tampoco hay dudas en afirmar que se trata de un futbolista algo díscolo, con demasiado protagonismo fuera de los terrenos de juego y que llega con la luz apagada tras dos temporadas difíciles en Manchester.