Monchi, seis letras de oro

MONCHI no es un nombre, tampoco un apellido, pero esa palabra de seis letras quedará ya escrita con tinta indeleble en la mejor historia del Sevilla Fútbol Club. Ramón Rodríguez Verdejo llegó a la entidad nervionense muy jovencito, siendo casi un crío, y se va como una auténtica deidad, deportiva claro está, con toda la razón del mundo. Después de un paso intrascendente como futbolista, en el que brilló muchísimo más como persona que como guardameta, aceptó mutarse en delegado para prorratear el salario del contrato que le restaba, pero ni siquiera podría imaginar entonces lo que le quedaba por aportarle al equipo del que se hizo el más fundamentalista de los aficionados por la vía de la conversión tardía.

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