El director deportivo recordó en la televisión oficial las horas en la que comunicó su adiós, posteriormente abortado por el club. «Esa noche muchos mensajes me llenaron de orgullo. No tuve un mal día, lo hice pensado, convencido. He intentado hacer terapia en los diez días que he estado de descanso, pero va contra mi forma de ser. No he viajado a Eibar y Bilbao para alejarme un poco. Lo paso peor. Mi estado es parecido al de hace cuatro meses, pero tengo un motor que salta cuando se va la luz, que es mi sevillismo».