Lo peor que puede pasarle a un equipo a nivel competitivo es perder la ilusión en una competición, engolosinarse con otras cuestiones y, sí, pelearlo como todos los años, pero no tomarse en serio cada partido sea el que sea el rival. El Sevilla pisa hoy el campo de un equipo de Tercera División. Es un campo de césped artificial, el entrenador va a alinear a jugadores no titulares y futbolistas del filial…. Todo eso está muy bien, pero lo que nadie deberá olvidar esta noche en la isla de Formentera es que el Sevilla es el actual subcampeón de la Copa del Rey, un torneo en el que ha disputado tres finales en la última década y que históricamente le mete las mariposas en el estómago cuando empieza a asomar abril a todos sus aficionados.