El gran éxito del soriano ha sido convertirse en el verdadero líder del nuevo Sevilla. Desde un discurso cargado de sinceridad y con decisiones donde hace prevalecer la justicia, el entrenador se ha ganado al vestuario. Una caseta siempre compleja por la cantidad de futbolistas nuevos y de diferentes nacionalidades que suelen convivir. No le regala un minuto a nadie y a su vez invita a los jugadores a subirse al carro. Ayer desplazó a una de sus estrellas como Banega para que Roque Mesa brillase desde su posición natural. Decisión más que acertada. El canario mostró todo su fútbol. Otro que se sube al carro. Además, se ha sabido sobreponer a una de las plagas de lesiones (cuatro de ellas óseas) más importantes de los 20 clubes de LaLiga.