El aterrizaje de Luis Muriel (26) en el Sevilla fue muy celebrado por la afición. Lógico, la dirección deportiva, comandada por Óscar Arias, el sustituto de Monchi, acababa de realizar la mayor inversión económica del club: casi 22 millones de euros por el ochenta por ciento de la propiedad. A punto de rebasar el ecuador de la temporada, la esperanza de los aficionados sevillistas anda hecha jirones. El prometido goleador, jugador cuyo juego se parecía al de Ronaldo, huele a pufo.