La modificación del reglamento para otorgar tres puntos a la victoria no ha traído un fútbol más atractivo para el aficionado sino más apegado a la leyes absurdas de la oferta y la demanda de los poderosos.
Se ha reemplazado el corazón del fútbol por su imagen en el electrocardiograma, escribe el autor Vladimir Dimitrijevic en ‘La vida es un balón redondo’. Si antes el fútbol pasaba por la magia, ahora pasa inexorablemente por la caja, dejó como última reflexión del juego antes de morir el gran poeta Mario Benedetti. La historia del fútbol es un triste viaje del placer de jugar al deber de ganar, nos recuerda Eduardo Galeano en su Biblia del deporte rey, ‘El fútbol a sol y sombra’.