La historia del Sevilla F.C. se vertebra a través de tres Ramones: Sánchez-Pizjuán, Encinas y Rodríguez Verdejo. Cada uno de ellos, en sus respectivas áreas competenciales, representa el canon de la excelencia, el talento, la eficacia y la caballerosidad que una institución como la sevillista (o lo que es lo mismo, su masa social de aficionados) pretende para su clase directiva. Todo ello rematado por la más importante de las cualidades posibles, su amor al club.