Llamó mucho la atención al finalizar el partido que apeaba al Sevilla del camino de la Champions, la imagen de Koundé solo, pensativo, con la mirada perdida en medio del campo. Nadie, salvo el propio protagonista, sabe lo que estaría pasando por su cabeza.
Decepción y tristeza es lo primero que podemos pensar, pero también podría estar dándole vueltas a las dos oportunidades que ha tenido para salir a grandes clubes de la Premier y que por diversas circunstancias no se ha podido concretar.
Koundé es un animal competitivo y siempre quiere aspirar a lo máximo. A lo mejor cree que el Sevilla ya se le ha quedado pequeño y necesita estar en Champions siempre y aspirando a lo máximo. También debe ser consciente de que si finalmente no salió en los últimos años es porque ni City ni Chelsea apostaron de verdad por él. Parece que a la tercera sí será la vencida.