Cuando uno jugaba al fútbol siendo niño, sin corsés tácticos, de pronto se encontraba con un equipo que se tomaba muy en serio un partido. Buenos posicionamientos, coberturas, apoyos en la salida, lanzamientos de faltas… ¿De qué van éstos, si aquí hemos venido a pasar el rato? Sucede que en la Liga de Campeones los equipos no están para pasar el rato. El Leicester City, decimoquinto en la Premier League, responde al patrón de equipo que suple la calidad con el trabajo, la preparación, desde las faltas a los penaltis, que ensayaron antes de la cita con el Sevilla. Y el Sevilla, tercero de la Liga, se topó con su propia presunción, la de ganar por calidad, por el escudo, por experiencia europea… y no pudo quebrar su negativa racha en este torneo. El proyecto de Sampaoli queda tocado.
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