Al de fuera le extraña. Incluso, llega a resultarle incomprensible, viendo que el Sevilla es quinto en LaLiga, que está en octavos de la Liga de Campeones y vivo en la Copa del Rey (¡Estaría bueno!). Eso piensan algunos que, seguramente, se conformarían con estar vivos por el camino mientras se dirigiesen a un precipio. Y piensan muchos, también, que los dirigentes nervionenses son inhumanos y malvados por despedir a alguien que lucha contra una grave enfermedad.