Por mucho que sea llamativo los millones tirados a la basura con Luis Muriel, Pizarro, Kjaer, Nolito, Carole o Corchia, en su debe tiene otros sucesos menos visibles, pero que no ayudan cuando las cosas vienen mal dadas. Era lógico que, con mando en plaza, apostara por un grupo de colaboradores afines. No tanto que desmantelara una estructura tan exitosa con Monchi a los mandos de la parcela técnica, dejando marchar a gente muy preparada, relegando a un segundo plano a los que se quedaban y contratando a una serie de técnicos que no han estado a la altura de las circunstancias. Gente que, evidentemente, también abandonará la entidad sevillista el próximo 30 de junio.