«Monchi sabrá». Ése era el mantra con el que se consolaban algunos sevillistas, los menos enfadados, el 4 de junio de 2019, día en que se confirmó oficialmente una contratación de la que a priori recelaba el 99,9 por ciento de los aficionados blanquirrojos: la de Julen Lopetegui. Ni siquiera en el Consejo había consenso sobre Julen. Monchi apostaba a un solo número de la ruleta un buen trozo de ese inmenso crédito acumulado durante años de títulos, finales y plusvalías en los fichajes. La bola se ha parado en el 32 y el crupier ha cantado Jackpot para el director deportivo gaditano.