Con la llegada de Sirigu a la meta sevillista se perfiló entre los sevillistas el recuerdo de otro italiano de nombre Morgan y de apellido De Sanctis. Apenas estuvo una temporada y sólo pudo jugar 1.083 minutos. Pero se llevó el cariño de los aficionados por su disponibilidad y elegancia para vivir tras la sombra de un inmenso Palop. De ello hace ya ocho años. «Cuando Sirigu me llamó, se lo dije: ‘no te lo pienses; vete al Sevilla’». Le puede preguntar qué fue lo que le comenté. Tenía más propuestas, lógico por otra parte, pero lo del Sevilla le hizo borrar todo. Sirigu es un luchador. Yo lo conozco bien hace muchos años. Y sé que llega con muchas ganas de revancha».