El club blanco ha sido tajante: no prestará su campo para que se falte al respeto a nuestro propio país, al himno nacional y al Rey, con pitidos constantes como los que se vivieron en la finales de 2015 y 2012, disputadas por el Barcelona y el Athletic. La postura de la entidad madridista es rotunda: el Bernabéu no será la caja de resonancia del independentismo.