Descifrar y describir lo que le pasa al Sevilla en seis o siete párrafos puede ser aventurado, subjetivo y muchas cosas más. Identificar y señalar a un culpable sería atravesar la línea de lo que cada cual considere justo o injusto. Para unos será más responsabilidad del entrenador, para otros será más culpa de los gestores, para otros tantos será una culpabilidad repartida y para algunos -que también los habrá- será una simple cuestión azarosa y puntual. Son los que siempre viven felices, los que creen que todo el mundo es guay y que cada mañana hay que disfrutar del sol que sale por el horizonte y los pajaritos que cantan alegres.