El optimismo, a consecuencia de los buenos resultados, implantado en el sevillismo a finales de año ha dado paso a la cruda realidad de un equipo que sólo ha ganado un partido liguero en lo que va de año, el del pasado 5 de enero en casa frente al Getafe. Y es que donde todo eran intenciones incluso de Champions ahora parece que Europa sólo pasa por terminar séptimos esta temporada.