Todo, o casi todo, para definir la resucitación sevillista, comenzó el miércoles, hace tan sólo seis días, justo cuando un equipo moribundo se presentó en el Wanda Metropolitano y las casas de apuestas estaban dispuestas a recompensar con premios millonarios al que apostara por una victoria del equipo de Montella. Parecía la condena a un inicio de año que abofeteó a los sevillistas tras caer ante el Betis y el Alavés. Pero el destino, o llámelo trabajo, buen planteamiento del técnico italiano o mejor capacidad de los jugadores, lo cambió absolutamente todo y dibujó un escenario de mejoría que hoy coloca al equipo nervionense en una situación casi idílica para clasificarse a las semifinales de la Copa del Rey.
