En vísperas de la Navidad, el pasado 12 de diciembre, el Sevilla renovó a Bryan Gil hasta 2022. Estaba atando así a la última joya de su cantera. Varios clubes de peso habían mostrado su interés en este joven barbateño de 18 años que luce un peinado millennial que le ha valido el apodo de beatle. Ya no escandalizan las melenas como las que lucían los jóvenes músicos de Liverpool en los años 60. Ahora, lo que asombra de Bryan Gil no es su cabellera, sino su desparpajo… y su humildad. La frialdad de su control casi en el área chica, el recorte a Jordi Amat y la definición con su privilegiada zurda contrastan con el trabajo de hormiguita del Sevilla y su familia con este joven valor, el primer futbolista nacido en el siglo XXI que ha marcado en la Liga.