La partida de póker entre el Sevilla y el agente de Ganso

Caparrós tampoco contó con él, no recomienda su permanencia y Machín tampoco lo ve en su equipo. Así que el agente se atrincherará en su posición incluso de forma más evidente. Es verdad que el jugador ya quiere volver a disputar minutos, que lleva dos años semiparado, y no desea seguir estirando ya un chicle que no da más de sí, pero sabe que el Sevilla tiene una decisión económica por delante: seguir pagando cuatro millones al año (hasta 2021) a cambio de ningún rendimiento deportivo, o perder los 10.5 millones más los ocho ya pagados en sueldos y olvidarse del asunto.

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