La necesaria reivindicación del más joven de la plantilla

Fue su primer hat-trick en su precoz y prometedora carrera y no pudo ser más oportuno. Aun teniendo en cuenta la distancia de categoría entre el Sevilla y el Formentera, los tres goles y los dos penaltis que provocó el miércoles fueron una bendición para Joaquín Correa. El mediapunta argentino de 22 años estaba empezando a despertar algunas dudas en sus guadianescas apariciones con Jorge Sampaoli. La competitividad en un Sevilla que se codea con lo más granado de la Liga y que también lucha por seguir en la élite de la Champions estaba orillando al jugador más joven de la plantilla, perseguido además por el elevado precio de su contratación, el segundo más caro de este verano, por detrás de Franco Vázquez.

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