Monchi es una Dios en el Sevilla FC, el artífice de los éxitos del club de Nervión, el que consiguió llevar a la gloria a un club que históricamente no había sido triunfador con asiduidad.
Igual que se le ponen las medallas por llevar al Sevilla a lo más alto, también se le dan palos cuando las cosas no se hacen bien y de hecho tras la desastrosa planificación del verano de 2022, le han caído críticas de todos lados, incluso de esos aficionados que lo adoran.
Los fichajes de Dolberg, Isco, Januzaj, la salida de Ocampos y de la forma que se dió, y alguno que otro más, unidos a la confección de una plantilla muy desequilibrada, han hecho que durante muchos meses el Sevilla sufriera de lo lindo. Aunque ha conseguido cambiar las cosas con un notable mercado de invierno y sobretodo con la firma de José Luis Mendilibar.
Aunque hay una decisión que fue bastante acertada del de San Fernando y esa es la no contratación de Raúl de Tomás. Es cierto que el fichaje del madrileño ilusionaba mucho al sevillismo, pero Monchi manejaba informes que le hacían pensar que era demasiado riesgo. Llegaba tarde a los entrenamientos, discusiones constantes con técnicos y compañeros, incluso se había negado a jugar ciertos partidos. Además se le acusa incluso de hacerse el lesionado en sus últimos partidos.
Su rendimiento en el Rayo Vallecano está siendo nefasto, lleva 13 partidos y aún no ha visto puerta. Su valor de mercado ha pasado de 25 millones de euros a 8 millones y no para de caer, no es titular ni con el equipo de Iraola, que estaría encantado de dar marcha atrás al fichaje.
