Carriço, para quienes no lo sepan, resultó pieza clave para el fichaje de su compatriota André Silva, haciendo las veces de cicerone… Y de mucho más. El zaguero lo invitó a pasar unos días en la capital hispalense, le habló de las bondades de la ciudad y de una entidad en la que estaba convencido que triunfaría como delantero; le enseñó una ciudad de la que, por ahora, no conoce demasiado. De hecho, hasta le recomendó el barrio (próximo a la ciudad deportiva) en el que debía vivir.