Después de tres derrotas consecutivas del Sevilla, el próximo sábado se jugará una primera final en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, ante Osasuna de Pamplona.
Perder en el Metropolitano, puede estar dentro de lo posible, pero ante el Mallorca y la Real Sociedad, nadie esperaba caer ambos partidos, y eso hizo mucho daño a la moral de los sevillistas.
Los partidos se pierden por diferentes factores, pero en el caso del Sevilla, la mayoría de goles recibidos, se dan a través de errores defensivos no forzados.
El nivel de los centrales es muy bajo, y cuando César Azpilicueta no está por lesión, el equipo se resiente. El pasado sábado tiene que salir Nianzou y prácticamente lo primero que hizo fue cometer un penalti.
Errores de bulto también de Marcao, y pocas soluciones en el banquillo. Cardoso comete un penalti en Anoeta, Ramón Martínez está muy mal contra el Mallorca, y resulta que el que no juega, es el central de más jerarquía y nivel de los últimos años, Kike Salas.
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Informan en Marca que el canterano no está feliz ahora mismo en el club, siente que los compañeros que juegan más minutos no están mejor que él y que Almeyda está siendo tremendamente injusto con su figura.
