Los inicios de Sampaoli en el Sevilla no fueron fáciles. Pidió mucho, arriesgó más y luego tuvo que ir modificando algunos aspectos que hasta entonces para él eran innegociables. Ahora, en el ecuador de la temporada, el argentino es la cabeza visible de un proyecto que ilusiona tanto que las metas fijadas han quedado aparcadas para ir a por otras mucho más elevadas.