El jugador, que había acordado con la entidad sevillista ampliar su contrato hasta 2022 y subir su cláusula a los 50 millones de euros con una considerable subida en su salario, cambió su opinión en un abrir y cerrar de ojos: dijo que no firmaba el contrato y que se marcharía al club colchonero. Tras una primera reunión en el hotel Lebreros (ayer: 10.00 de la mañana), en la que además del club estuvo también representada la agencia del jugador, Bahía Internacional, el jugador sostuvo que no podía desaprovechar la oferta del Atlético y que él (repitió en varias ocasiones) en ningún caso había firmado ningún documento.
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